El cuento es una narración breve que está escrita por uno o varios autores que tiene la finalidad principal de entretener al lector con su trama, a la vez que deja un mensaje al público.
La extensión de los cuentos originalmente es de 6 a 7 páginas. Aunque existen autores que utilizan de 15 a 17 para poder ser más concretos a la hora de la escritura. Incluso existen autores como García Márquez, que utilizan muchas más páginas para poder profundizar y llegar a un mensaje mucho más amplio pero preciso.
Dentro de los personajes de un cuento, y al saber la extensión de este, varían de unos 6 a unos 10 personajes, en donde cada uno cumple una función importante. Contrario a la novela, en el cuento, los personajes deben estar definidos desde el primer instante, ya que, acorde a la amplitud de un cuento, es imprescindible poder llegar a una rápida conclusión de cada personaje y su función dentro de este.
Otro aspecto importante es el escenario. El o los escenarios deben estar definidos claramente para poder interpretar el cuento, teniendo en cuenta que deben ser sencillos y sin tanta descripción, ya que en un cuento se debe enfocar en lo principal, el mensaje.
El tiempo en el que se desarrolla es de suma importancia, si se trata de algún cuento dentro de la historia. Si no está dentro de esta, es preferible que los lectores se sientan con un rango de tiempo poco definido que ayude a incrementar su imaginación.
La estructura del cuento consta de tres partes: el inicio, en donde se presentan a los personajes y el escenario; el nudo, donde surge el problema del cuento; y el desenlace, en donde se soluciona el conflicto, y se da el cierre o el final del mismo.
La trama, es aquella con la que el lector se siente en un lugar diferente al suyo. Desde este punto, la trama puede ser real o ficticia, teniendo en cuenta al público al que va dirigido el cuento.
Otro de los aspectos relevantes del cuento, es el enganche, o el punto sensible del cuento, y por el que los lectores se van a sentir identificados y desearán terminar este. Aunque suene un poco extraño, el enganche funciona con el cuento, aunque no tiene el mismo impacto que en la novela.
El público objetivo, o el lector ideal, es el rango de personas para el que va a ir dirigido el cuento, sea este un público adulto, joven o un público infante. Aunque, esto no quiere decir que el cuento sea dirigido solo para este rango de personas, sino que, a partir de esto, el escritor se va a enfocar en la manera de hablar y desenvolverse de cada uno de los personajes respecto al cuento en cuestión.
El título y la portada, son temas complejos que se los debería realizar al final, porque de esta manera, van a ser mucho más capaces de relacionar estos con la trama del libro.
Un último punto a tomar en cuenta, es el de poder jugar con los sentimientos del lector, a través claro, de los sentimientos del autor. Este tipo de juegos, hace que el escritor tenga un público más grande para su cuento.
Cabe recalcar que dentro de una obra literaria, es necesario que exista un mensaje de aprendizaje para los lectores, y que, a partir de este, inicie la trama del cuento.